Es cierto, están entre nosotros. Hace tiempo que lo vengo observando. Una casta de seres con poderes sobrehumanos que nos rodea, que a diario cruzan por delante nuestro haciendo alarde de su condición. Y de su conducción también.
Son capaces de moverse a altas velocidades en un banco de niebla porque ven a través de los cuerpos sólidos. Aunque para algunos amigos de las teorías conspiratorias el que no se den una hostia como Dios manda sea cuestión de mera fortuna.
Confieren a sus vehículos un agarre ya sea en seco o en mojado que supera toda teoría física conocida. Aunque cuando sus monturas deciden salirse por la tangente la culpa es siempre de algún factor externo.
Sus tobillos disponen de una articulación superdesarrollada para la ardua e intelectual tarea de pisar el acelerador. Aunque luego para tomar una curva clavan frenos, tiran el ancla por la ventanilla y aún así invaden el carril contrario. Pero ellos lo valen.
Poseen unos reflejos fuera de toda comprensión. Mayores que los entrenados pilotos de aviones de combate o esos pardillos que se ganan la vida pilotando bólidos. Tales son sus reflejos que son capaces de captar e ignorar inmediatamente cualquier señal de tráfico. Privilegios de un cerebro más avanzado que el del resto de nosotros, aunque algunos envidiosos puedan tildarles de analfabetos funcionales (ven las señales, pero no las entienden. ¡JA!¡Inocentes subdesarrollados!). Como prueba de que su estructura cerebral es superior a la del resto: son capaces de conducir con la mente, mientras sujetan con una mano el teléfono móvil y con otra se dedican a tareas más mundanas como atusarse el pelo, fumar un cigarrillo o cambiar la ruta del GPS.
Y desde aquí quiero dejar una cosa clara: son la evolución de la especie, son el futuro. Y mientras el resto de nosotros amenacemos sus preciosas vidas poníendonos en el camino de sus rápidos y elegantes zigzagueos, deberáimos sentirnos culpables y asqueados de poner en peligro a cualquier ejemplar de esta digna y excepcional raza.
De esta raza de hijos de puta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario